sábado, 21 de junio de 2008

DIAKONÍAS DESDE APARECIDA


INTRODUCCIÓN

La lectura del Documento de Aparecida, desde la perspectiva de un candidato al DP[1], a primera vista puede parecerle que la V Asamblea del Episcopado ha tenido poco en cuenta este hermoso ministerio restituido hace más de 40 años por el Concilio Vaticano II. La convocatoria más directa en los números 205-208, con tono más disciplinar[2] y otras, apenas sirven de referencia explícitas para quien busca luces del Espíritu que balicen el ser y quehacer, la vida, espiritualidad y misión del Diaconado, su desarrollo y su contribución desde la experiencia eclesial de Aparecida.

La propuesta acá no quiere quedarse en una lectura “resentida”, sino que busca inspirarse en el Capítulo 6 de los Hechos de los Apóstoles[3], texto atribuido a la institución del ministerio diaconal. Allí identificamos tres momentos claves:

1º. La existencia de una necesitada objetiva, que molesta la conciencia cristiana: la situación precaria de las viudas.

2º. Hay luego una lectura de la realidad, un discernimiento, una toma de conciencia que emerge de la evidencia de esa necesidad y que se contrapone con los valores religiosos orados y predicados por la incipiente comunidad: “no está bien…”

3º. Esta realidad y este sano juicio mueve a los Doce a llamar, tomar, consagrar y encargar (enviar) a los Siete la diakonía de la caridad: la atención de las mesas.

Es la aplicación del método VER-JUZGAR-ACTUAR, que Aparecida también ha retomado para su propio proceso de articular la perspectiva creyente y su actuar[4].

Así, la diakonía históricamente comparece cuando hay una realidad sufriente que servir, y es Cristo mismo quien suscita el servicio y el que se conmueve con cada hombre y con cada mujer que clama al cielo, desde su condición humana, desde su pobreza, desde su dolor, llamando diáconos para que hagan sus veces, manifestando en todo toda la Misericordia del Señor, su Palabra consoladora y todo su poder liberador.

En esta primera parte de este trabajo, propongo una lectura selectiva del Documento de Aparecida en esta clave: siendo el DA expresión de las realidades reveladas en la reunión del Espíritu Santo y los pastores de la Iglesia del Señor, ¿qué espacios de diakonías se revelan en él? De allí que se despierte en nosotros el sentir, el ser y el servir diaconal.

Sentir, que corresponde a ver con el corazón, contemplar con las entrañas de misericordia, como lo ha hecho el Señor al encontrarse con cada persona ávida de vida buena y plena[5]. La lectura del DA la hacemos con la mirada del discípulo y con el corazón del Pastor.

Ser, que busca una vida no centrada en sí misma sino en el prójimo, en Cristo; que no es un instante, ni una meta, ni un status, sino un camino, un proceso continuo: metanóia. Por eso, hecho de dolores y gozos, de contradicción, de luchas: la ardua y noble tarea de llegar a ser plenamente seres humanos[6], creaturas e hijos del Padre de Jesús: Por eso leemos el DA re-convertir en auténticos discípulos del Maestro, que vive en medio de una Iglesia, comunidad de discípulos[7].

Servir, dejarme mover, actuar por el Espíritu Santo, de manera que ya no vivo yo sino Cristo que vive en mi[8]; movilizarse de manera concreta a favor de aquellos que tienen hambre y a los que hoy el Señor quiere dar de comer, visitar a los que están enfermos, encarcelados…[9]. Urgidos por el amor de Cristo[10], en ello se nos va la vida, para ello hemos sido tomados, y ser ministros de la caridad del Señor nos plenifica: en la verificación del gozo del hermano que es consolado en/por Cristo Jesús, cuyos rostros sufrientes se revelan en todo el DA, y que son para nosotros los nuevos areópagos, las fronteras que misionar.

Esta lectura seguirá por ahora el mismo orden que el DA, cuya riqueza podemos esquematizar, conjugando el método elegido por los Obispos con el lema “Discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida – Yo soy el camino, la Verdad y la Vida (Jn. 14,6)”, para originar la clave interpretativa de su lectura:

I PARTE: LA VIDA DE NUESTROS PUEBLOS HOY ó VER / CAMINO.

II PARTE: LA VIDA DE JESUCRISTO EN LOS DISCÍPULOS MISIONEROSó JUZGAR / VERDAD.

III PARTE: LA VIDA DE JESUCRISTO PARA NUESTROS PUEBLOS ó ACTUAR / VIDA.

La lectura de Aparecida ha de ser inclusiva: cada vez que la referencia en el texto sea la Iglesia, los pastores, los cristianos… los llamados, el DP lee desde sí, desde su propio llamado interior, desde su sacramentalidad y desde su realidad dicho texto. Cada vez que se dibujen en el DA las necesidades, las carencias, las pobrezas de los hombres y mujeres de hoy, es una urgente convocatoria del Señor para servir esa nueva realidad.

Se reproduce a continuación textos destacados en el sentido planteado. Se han eliminado las referencias a pie de página del propio Documento, para no confundir con las de este trabajo. Asimismo, se han colocado en negritas aquellos textos que apuntan más directamente al sentido que pretende esta recopilación comentada.

Finalmente indicar que esta lectura selectiva y orientada al desentrañar el Diaconado y las diakonías que emergen desde el DA, no pretenden reducir ni simplificar el texto en su integridad, sino más bien invitar a su lectura, meditación, acogida y puesta en acción. Es un vino nuevo que exige odres nuevos[11], que motiva a la necesaria renovación.



[1] En adelante se abrevia Diaconado Permanente, en singular, como DP y en plural, como DPs,

[2] Seguramente aún muy influenciada por la experiencia de Chiapas, México, que opaca la tremenda belleza del devenir de este ministerio en toda Latinoamérica y el Caribe; pues como escuché una vez a un consagrado decir: “Es más estrepitoso el ruido de un árbol cayendo que miles de árboles nuevos todos los días creciendo”.

[3] Hch. 6, 1-7.

[4] Cf. DA 19. En más, la referencia al Documento de Aparecida estará dada por esta nomenclatura: DP y N°.

[5] De allí la recomendación del apóstol Pablo: Flp. 2,5.

[6] R.P. Andrés Aninat de Viale Rigo, ss.cc. Curso de Introducción a la Moral Cristiana, PUCV.

[7] DA, Mensaje Final, 3 – “Una Iglesia… de discípulos y discípulas”. Cf. Nota 24.-

[8] Gál. 2,20.

[9] Mt. 5,1ss; Mt. 25,31ss.

[10] 2Cor. 5,14.

[11] La misión de Aparecida, Mons. Orani João Tempesta, O. Cist., Arzobispo de Belém do Pará, Oct./2007


OBJETIVOS Y LÍNEAS INSPIRADORAS PARA EL DIACONADO DESDE EL DOCUMENTO DE APARECIDA.

10. Esta V Conferencia se propone “la gran tarea de custodiar y alimentar la fe del pueblo de Dios, y recordar también a los fieles de este continente que, en virtud de su bautismo, están llamados a ser discípulos y misioneros de Jesucristo”. Se abre paso un nuevo período de la historia con desafíos y exigencias, caracterizado por el desconcierto generalizado que se propaga por nuevas turbulencias sociales y políticas, por la difusión de una cultura lejana y hostil a la tradición cristiana, por la emergencia de variadas ofertas religiosas que tratan de responder, a su manera, a la sed de Dios que manifiestan nuestros pueblos.

11. La Iglesia está llamada a repensar profundamente y relanzar con fidelidad y audacia su misión en las nuevas circunstancias latinoamericanas y mundiales. No puede replegarse frente a quienes sólo ven confusión, peligros y amenazas, o de quienes pretenden cubrir la variedad y complejidad de situaciones con una capa de ideologismos gastados o de agresiones irresponsables. Se trata de confirmar, renovar y revitalizar la novedad del Evangelio arraigada en nuestra historia, desde un encuentro personal y comunitario con Jesucristo, que suscite discípulos y misioneros. Ello no depende tanto de grandes programas y estructuras, sino de hombres y mujeres nuevos que encarnen dicha tradición y novedad, como discípulos de Jesucristo y misioneros de su Reino, protagonistas de vida nueva para una América Latina que quiere reconocerse con la luz y la fuerza del Espíritu.

12…. A todos nos toca recomenzar desde Cristo, reconociendo que “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”[DCE 1].

14. El Señor nos dice: “no tengan miedo” (Mt 28, 5). Como a las mujeres en la mañana de la Resurrección nos repite: “¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?” (Lc 24, 5). Nos alientan los signos de la victoria de Cristo resucitado mientras suplicamos la gracia de la conversión y mantenemos viva la esperanza que no defrauda. Lo que nos define no son las circunstancias dramáticas de la vida, ni los desafíos de la sociedad, ni las tareas que debemos emprender, sino ante todo el amor recibido del Padre gracias a Jesucristo por la unción del Espíritu Santo. …elevamos al Espíritu Santo nuestra súplica confiada para que redescubramos la belleza y la alegría de ser cristianos. Aquí está el reto fundamental que afrontamos: mostrar la capacidad de la Iglesia para promover y formar discípulos y misioneros que respondan a la vocación recibida y comuniquen por doquier, por desborde de gratitud y alegría, el don del encuentro con Jesucristo. No tenemos otro tesoro que éste. No tenemos otra dicha ni otra prioridad que ser instrumentos del Espíritu de Dios, en Iglesia, para que Jesucristo sea encontrado, seguido, amado, adorado, anunciado y comunicado a todos, no obstante todas las dificultades y resistencias. Este es el mejor servicio -¡su servicio!- que la Iglesia tiene que ofrecer a las personas y naciones.

18. Conocer a Jesucristo por la fe es nuestro gozo; seguirlo es una gracia, y transmitir este tesoro a los demás es un encargo que el Señor, al llamarnos y elegirnos, nos ha confiado. Con los ojos iluminados por la luz de Jesucristo resucitado podemos y queremos contemplar al mundo, a la historia, a nuestros pueblos de América Latina y de El Caribe, y a cada una de sus personas.

PRIMERA PARTE

LA VIDA DE NUESTROS PUEBLOS HOY

VER: YO SOY EL CAMINO

19.…este documento hace uso del método ver, juzgar y actuar. …Este método nos permite articular, de modo sistemático, la perspectiva creyente de ver la realidad; la asunción de criterios que provienen de la fe y de la razón para su discernimiento y valoración con sentido crítico; y, en consecuencia, la proyección del actuar como discípulos misioneros de Jesucristo.

CAPÍTULO 1:

LOS DISCÍPULOS MISIONEROS

26. Iluminados por Cristo, el sufrimiento, la injusticia y la cruz nos interpelan a vivir como Iglesia samaritana (cf. Lc 10, 25-37), recordando que “la evangelización ha ido unida siempre a la promoción humana y a la auténtica liberación cristiana”…

28.…Ser cristiano no es una carga sino un don…

29….La alegría del discípulo no es un sentimiento de bienestar egoísta sino una certeza que brota de la fe, que serena el corazón y capacita para anunciar la buena noticia del amor de Dios. Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona: haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo.

30…. Los cristianos somos portadores de buenas noticias para la humanidad y no profetas de desventuras.

31. La Iglesia debe cumplir su misión siguiendo los pasos de Jesús y adoptando sus actitudes (cf. Mt 9,35-36). Él, siendo el Señor, se hizo servidor y obediente hasta la muerte de cruz (cf. Fil 2,8); siendo rico, eligió ser pobre por nosotros (cf. 2 Cor 8,9), enseñándonos el itinerario de nuestra vocación de discípulos y misioneros. En el Evangelio aprendemos la sublime lección de ser pobres siguiendo a Jesús pobre (cf. Lc 6,20; 9,58), y la de anunciar el Evangelio de la paz sin bolsa ni alforja, sin poner nuestra confianza en el dinero ni en el poder de este mundo (cf. Lc 10,4ss). En la generosidad de los misioneros se manifiesta la generosidad de Dios, en la gratuidad de los apóstoles aparece la gratuidad del Evangelio.

32.…La Iglesia está al servicio de todos los seres humanos, hijos e hijas de Dios.

CAPÍTULO 2:

MIRADA DE LOS DISCÍPULOS MISIONEROS SOBRE LA REALIDAD

33. Los pueblos… viven hoy una realidad marcada por grandes cambios que afectan profundamente sus vidas. Como discípulos de Jesucristo nos sentimos interpelados a discernir los “signos de los tiempos”, a la luz del Espíritu Santo, para ponernos al servicio del Reino, anunciado por Jesús, que vino para que todos tengan vida y “para que la tengan en plenitud” (Jn 10,10).

34. La novedad de estos cambios,…es que tienen un alcance global…, afectan al mundo entero. …se los caracteriza como el fenómeno de la globalización…

35. Esta nueva escala mundial del fenómeno humano trae consecuencias en todos los ámbitos de la vida social, impactando la cultura, la economía, la política, las ciencias, la educación, el deporte, las artes y también, naturalmente, la religión. Como pastores de la Iglesia nos interesa cómo este fenómeno afecta la vida de nuestros pueblos y el sentido religioso y ético de nuestros hermanos que buscan infatigablemente el rostro de Dios, y que, sin embargo, deben hacerlo ahora interpelados por nuevos lenguajes del dominio técnico, que no siempre revelan sino que también ocultan el sentido divino de la vida humana redimida en Cristo. Sin una percepción clara del misterio de Dios, se vuelve opaco el designio amoroso y paternal de una vida digna para todos los seres humanos.

37…. la realidad ha traído aparejada una crisis de sentido… 38. … los medios…de comunicación nos presentan…nuevas imágenes, atractivas y llenas de fantasía, que aunque todos saben que no pueden mostrar el sentido unitario de todos los factores de la realidad, ofrecen al menos el consuelo de ser transmitidas en tiempo real, en vivo y en directo, con actualidad. Lejos de llenar el vacío que en nuestra conciencia se produce por la falta de un sentido unitario de la vida, en muchas ocasiones la información transmitida por los medios sólo nos distrae. La falta de información sólo se subsana con más información, retroalimentando la ansiedad de quien percibe que está en un mundo opaco y que no comprende.

39....Nuestras tradiciones culturales ya no se transmiten de una generación a otra... Ello afecta, …a ese núcleo más profundo de cada cultura, constituido por la experiencia religiosa,…ahora…difícil de transmitir a través de la educación y …de las expresiones culturales, …aun la misma familia que…había sido uno de los vehículos más importantes de la transmisión de la fe. Los medios de comunicación han invadido todos los espacios y todas las conversaciones, …la intimidad del hogar. ... Ello hace que las personas busquen denodadamente una experiencia de sentido que llene las exigencias de su vocación, allí donde nunca podrán encontrarla.

40. …debilitan y menoscaban la vida familiar… la ideología de género, según la cual cada uno puede escoger su orientación sexual, sin tomar en cuenta las diferencias dadas por la naturaleza humana. Esto ha provocado modificaciones legales que hieren gravemente la dignidad del matrimonio, el respeto al derecho a la vida y la identidad de la familia.

41. Por ello los cristianos necesitamos recomenzar desde Cristo, desde la contemplación de quien nos ha revelado en su misterio la plenitud del cumplimiento de la vocación humana y de su sentido. Necesitamos hacernos discípulos dóciles, para aprender de Él, en su seguimiento, la dignidad y plenitud de la vida. Y necesitamos, al mismo tiempo, que nos consuma el celo misionero para llevar al corazón de la cultura de nuestro tiempo, aquel sentido unitario y completo de la vida humana que ni la ciencia, ni la política, ni la economía ni los medios de comunicación podrán proporcionarle. En Cristo Palabra, Sabiduría de Dios (cf. 1 Cor 1,30), la cultura puede volver a encontrar su centro y su profundidad, desde donde se puede mirar la realidad en el conjunto de todos sus factores, discerniéndolos a la luz del Evangelio y dando a cada uno su sitio y su dimensión adecuada.

44. Vivimos un cambio de época cuyo nivel más profundo es el cultural. Se desvanece la concepción integral del ser humano, su relación con el mundo y con Dios…Surge…una sobrevaloración de la subjetividad individual. …Se deja de lado la preocupación por el bien común para dar paso a la realización inmediata de los deseos de los individuos, a la creación de nuevos y muchas veces arbitrarios derechos individuales, a los problemas de la sexualidad, la familia, las enfermedades y la muerte.

45. La ciencia y la técnica,… al servicio del mercado, con los únicos criterios de la eficacia, la rentabilidad y lo funcional, crean una nueva visión de la realidad.…una visión acerca de la felicidad, una percepción de la realidad y hasta un lenguaje, que se quiere imponer como una auténtica cultura. …se termina por destruir lo que de verdaderamente humano hay en los procesos de construcción cultural, que nacen del intercambio personal y colectivo.

46.…nueva colonización cultural…la imposición de culturas artificiales, despreciando las culturas locales…se caracteriza por la autorreferencia del individuo, que conduce a la indiferencia por el otro, a quien no necesita ni del que tampoco se siente responsable. Se prefiere vivir día a día, sin programas a largo plazo ni apegos personales, familiares y comunitarios. Las relaciones humanas se consideran objetos de consumo, llevando a relaciones afectivas sin compromiso responsable y definitivo.

47.…tendencia hacia la afirmación exasperada de derechos individuales y subjetivos. …resulta en perjuicio de la dignidad de todos, especialmente de quienes son más pobres y vulnerables.

48.…urge tomar conciencia de la situación precaria que afecta la dignidad de muchas mujeres. Algunas,… sometidas a múltiples formas de violencia dentro y fuera de casa... 49. Los cambios culturales han modificado los roles tradicionales de varones y mujeres...

50. La avidez del mercado descontrola el deseo de niños, jóvenes y adultos. …la felicidad se pretende alcanzar con bienestar económico y satisfacción hedonista.

51. Las nuevas generaciones son las más afectadas por esta cultura del consumo... Crecen en la lógica del individualismo pragmático y narcisista…nueva adicción por las sensaciones y crecen en una gran mayoría sin referencia a los valores e instancias religiosas.

52. Entre los aspectos positivos de este cambio cultural aparece el valor fundamental de la persona, de su conciencia y experiencia, la búsqueda del sentido de la vida y la trascendencia. …emerge como valor la sencillez y el reconocimiento en lo débil y lo pequeño de la existencia... 53. La necesidad de construir el propio destino y el anhelo de encontrar razones para la existencia...

55. El énfasis en la experiencia personal y lo vivencial nos lleva a considerar el testimonio como un componente clave en la vivencia de la fe. ... En el lenguaje testimonial podemos encontrar un punto de contacto con las personas que componen la sociedad y de ellas entre sí.

58. La cultura urbana es híbrida, dinámica y cambiante, pues amalgama múltiples formas, valores y estilos de vida, y afecta a todas las colectividades. La cultura suburbana es fruto de grandes migraciones de población en su mayoría pobre,... En estas culturas los problemas de identidad y pertenencia, relación, espacio vital y hogar son cada vez más complejos.

59. Existen también comunidades de migrantes... Asumir la diversidad cultural, que es un imperativo del momento, implica superar los discursos que pretenden uniformar la cultura, con enfoques basados en modelos únicos.

61. La globalización es un fenómeno complejo que posee diversas dimensiones (económicas, políticas, culturales, comunicacionales, etc.)… Lamentablemente, la cara más extendida y exitosa de la globalización es su dimensión económica,…la dinámica del mercado absolutiza con facilidad la eficacia y la productividad como valores reguladores de todas las relaciones humanas. Este peculiar carácter hace de la globalización un proceso promotor de inequidades e injusticias múltiples. …, no es capaz de interpretar y reaccionar en función de valores objetivos que se encuentran más allá del mercado y que constituyen lo más importante de la vida humana: la verdad, la justicia, el amor, y muy especialmente, la dignidad y los derechos de todos, aún de aquellos que viven al margen del propio mercado. 62. Conducida por una tendencia que privilegia el lucro y estimula la competencia, la globalización sigue una dinámica de concentración de poder y de riquezas en manos de pocos, no sólo de los recursos físicos y monetarios, sino sobre todo de la información y de los recursos humanos, lo que produce la exclusión de todos aquellos no suficientemente capacitados e informados, aumentando las desigualdades que marcan tristemente nuestro continente y que mantienen en la pobreza a una multitud de personas. La pobreza hoy es pobreza de conocimiento y del uso y acceso a nuevas tecnologías. Por eso, es necesario que los empresarios asuman su responsabilidad de crear más fuentes de trabajo y de invertir en la superación de esta nueva pobreza. 64. Por ello, frente a esta forma de globalización, sentimos un fuerte llamado para promover una globalización diferente que esté marcada por la solidaridad, por la justicia y por el respeto a los derechos humanos... 65. Esto nos debería llevar a contemplar los rostros de quienes sufren. …comunidades indígenas y afrodescendientes,…mujeres…; jóvenes; …pobres, desempleados, migrantes, desplazados, campesinos…; niños y niñas……quienes dependen de las drogas, las personas con capacidades diferentes, …portadores y víctima de enfermedades graves …los secuestrados y a los que son víctimas de la violencia, del terrorismo, de conflictos armados y de la inseguridad ciudadana. También los ancianos,... Nos duele, en fin, la situación inhumana en que vive la gran mayoría de los presos,... Una globalización sin solidaridad afecta negativamente a los sectores más pobres. Ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y opresión, sino de algo nuevo: la exclusión social. Con ella queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está abajo, en la periferia o sin poder, sino que se está afuera. Los excluidos no son solamente “explotados” sino “sobrantes” y “desechables”.

76. …no puede haber democracia verdadera y estable sin justicia social, sin división real de poderes y sin la vigencia del Estado de derecho. 77. …un gran factor negativo en …la región, el recrudecimiento de la corrupción en la sociedad y en el Estado, …lo que pone en serio riesgo la credibilidad de las instituciones públicas y aumenta la desconfianza del pueblo, fenómeno que se une a un profundo desprecio de la legalidad. En amplios sectores de la población y particularmente entre los jóvenes crece el desencanto por la política y particularmente por la democracia, …la democracia y la participación política son fruto de la formación que se hace realidad solamente cuando los ciudadanos son conscientes de sus derechos fundamentales y de sus deberes correspondientes. 78. La vida social, …se está deteriorando gravemente en muchos países …por el crecimiento de la violencia, que se manifiesta en robos, asaltos, secuestros, y lo que es más grave, en asesinatos…. La violencia reviste diversas formas y tiene diversos agentes: el crimen organizado y el narcotráfico, grupos paramilitares, violencia común sobre todo en la periferia de las grandes ciudades, violencia de grupos juveniles y creciente violencia intrafamiliar. Sus causas son múltiples: la idolatría del dinero, el avance de una ideología individualista y utilitarista, el irrespeto a la dignidad de cada persona, el deterioro del tejido social, la corrupción incluso en las fuerzas del orden, y la falta de políticas públicas de equidad social.

84.... La naturaleza ha sido y continúa siendo agredida. La tierra fue depredada. Las aguas están siendo tratadas como si fueran una mercancía negociable por las empresas, además de haber sido transformadas en un bien disputado por las grandes potencias. 87…. constatamos el retroceso de los hielos en todo el mundo…; también el calentamiento global se hace sentir en el estruendoso crepitar de los bloques de hielo antártico que reducen la cobertura glacial del Continente y que regula el clima del mundo.

95…. Jesucristo es la plenitud de la revelación para todos los pueblos y…de todas las culturas, incluidas las indígenas. Por ello, el mayor tesoro que les podemos ofrecer es que lleguen al encuentro con Jesucristo... Los indígenas que ya han recibido el Evangelio, están llamados, como discípulos y misioneros de Jesucristo, a vivir con inmenso gozo su realidad cristiana, a dar razón de su fe en medio de sus comunidades, y a colaborar activamente para que ningún pueblo indígena de América Latina reniegue de su fe cristiana, sino que por el contrario, sientan que en Cristo encuentran el sentido pleno de su existencia.

98. La Iglesia…, a pesar de las deficiencias y ambigüedades de algunos de sus miembros, ha dado testimonio de Cristo, anunciado su Evangelio y brindado su servicio de caridad particularmente a los más pobres, en el esfuerzo por promover su dignidad, y también en el empeño de promoción humana en los campos de la salud, economía solidaria, educación, trabajo, acceso a la tierra, cultura, vivienda y asistencia, entre otros. Con su voz, unida a la de otras instituciones nacionales y mundiales, ha ayudado a dar orientaciones prudentes y a promover la justicia, los derechos humanos y la reconciliación de los pueblos. Esto ha permitido que la Iglesia sea reconocida socialmente en muchas ocasiones como una instancia de confianza y credibilidad. Su empeño a favor de los más pobres y su lucha por la dignidad de cada ser humano han ocasionado, en muchos casos, la persecución y aún la muerte de algunos de sus miembros, a los que consideramos testigos de la fe...

99. Los esfuerzos pastorales orientados hacia el encuentro con Jesucristo vivo han dado y siguen dando frutos. Entre otros, destacamos los siguientes: a) la animación bíblica…; b) La renovación litúrgica…; c)…aprecio a los sacerdotes…. En algunas Iglesias se ha desarrollado el diaconado permanente…ministerios confiados a los laicos y otros servicios pastorales. Se hace un gran esfuerzo por la formación en nuestros seminarios, en las casas de formación para la vida consagrada y en las escuelas para el diaconado permanente. Es significativo el testimonio de la vida consagrada, su aporte en la acción pastoral y su presencia en situaciones de pobreza, de riesgo y de frontera. …d)…misioneros y misioneras… e) renovación pastoral en las parroquias…transformándose en comunidad de comunidades evangelizadas y misioneras. …florecimiento de comunidades eclesiales de base... la presencia…de los movimientos eclesiales y nuevas comunidades…la importancia de la Pastoral Familiar, de la Infancia y Juvenil. f) La Doctrina Social de la Iglesia…la acción de Caritas…la riqueza del voluntariado en los más diversos apostolados con incidencia social. …la pastoral de la comunicación social, y la Iglesia cuenta con más medios que nunca para la evangelización de la cultura,…radios, televisión, cine, prensa, Internet, páginas web y la RIIAL, que nos llenan de esperanza. g) La diversificación de la organización eclesial…en la estructuración de una Pastoral Orgánica, para servir mejor a las necesidades de los fieles. …el diálogo ecuménico. También el diálogo interreligioso,…colaboración ecuménica en asuntos sociales.... como reacción al materialismo, una búsqueda de espiritualidad, de oración y de mística que expresa el hambre y sed de Dios. …, la valoración de la ética es un signo de los tiempos que indica la necesidad de superar el hedonismo, la corrupción y el vacío de valores…el profundo sentimiento de solidaridad que caracteriza a nuestros pueblos y la práctica del compartir y ayuda mutua.

100. A pesar de los aspectos positivos que nos alegran en la esperanza, notamos sombras, entre las cuales mencionamos las siguientes: a)…el crecimiento porcentual de la Iglesia no ha ido a la par con el crecimiento poblacional. b)…algunos intentos de volver a un cierto tipo de eclesiología y espiritualidad contrarias a la renovación del Concilio Vaticano II…; lamentamos la ausencia de una auténtica obediencia y de ejercicio evangélico de la autoridad, las infidelidades a la doctrina, a la moral y a la comunión, nuestras débiles vivencias de la opción preferencial por los pobres, …c)…el escaso acompañamiento dado a los fieles laicos en sus tareas de servicio a la sociedad…una evangelización con poco ardor y sin nuevos métodos y expresiones, un énfasis en el ritualismo sin el conveniente itinerario formativo, descuidando otras tareas pastorales. …una espiritualidad individualista. …una mentalidad relativista en lo ético y religioso, la falta de aplicación creativa del rico patrimonio que contiene la Doctrina Social de la Iglesia, y en ocasiones, una limitada comprensión del carácter secular que constituye la identidad propia y específica de los fieles laicos. d) En la evangelización, en la catequesis y, en general, en la pastoral, persisten también lenguajes poco significativos para la cultura actual, y en particular, para los jóvenes. …no se ve una presencia importante de la Iglesia en la generación de cultura, de modo especial en el mundo universitario y en los medios de comunicación social. e) El insuficiente número de sacerdotes y su no equitativa distribución,…la relativa escasez de vocaciones al ministerio y a la vida consagrada. …dificultades para asumir el sostenimiento económico de las estructuras pastorales. Falta solidaridad en la comunión de bienes al interior de las Iglesias locales y entre ellas. No se asume suficientemente…la pastoral penitenciaria, ni la pastoral de menores infractores y en situaciones de riesgo. Es insuficiente el acompañamiento pastoral para los migrantes e itinerantes. Algunos movimientos eclesiales no siempre se integran adecuadamente en la pastoral... f)…numerosas personas pierden el sentido trascendente de sus vidas y abandonan las prácticas religiosas, …un número significativo de católicos están abandonando la Iglesia ... g) …nuevo pluralismo religioso...no es fácil el diálogo ecuménico con grupos cristianos que atacan a la Iglesia Católica con insistencia. h)…en ocasiones…católicos se han apartado del Evangelio, que requiere un estilo de vida más fiel a la verdad y a la caridad, más sencillo, austero y solidario, como también nos ha faltado valentía, persistencia y docilidad a la gracia para proseguir, fiel a la Iglesia de siempre, la renovación iniciada por el Concilio Vaticano II, impulsada por las anteriores Conferencias Generales, y para asegurar el rostro latinoamericano y caribeño de nuestra Iglesia. Nos reconocemos como comunidad de pobres pecadores, mendicantes de la misericordia de Dios, congregada, reconciliada, unida y enviada por la fuerza de la Resurrección de su Hijo y la gracia de conversión del Espíritu Santo.

SEGUNDA PARTE

LA VIDA DE JESUCRISTO EN LOS DISCÍPULOS MISIONEROS

JUZGAR (CONTEMPLAR): YO SOY LA VERDAD.

CAPÍTULO 3:

LA ALEGRÍA DE SER DISCÍPULOS MISIONEROS PARA ANUNCIAR EL EVANGELIO DE JESUCRISTO

101. En este momento, con incertidumbres en el corazón, nos preguntamos con Tomás: “¿Cómo vamos a saber el camino?” (Jn 14, 5). Jesús nos responde con una propuesta provocadora: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14, 6). Él es el verdadero camino hacia el Padre, quien tanto amó al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna (cf. Jn 3, 16). ... Los discípulos de Jesús confesamos nuestra fe con las palabras de Pedro: “Tus palabras dan Vida eterna” (Jn 6, 68); “Tu eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo” (Mt 16, 16).

103.…Con la alegría de la fe somos misioneros para proclamar el Evangelio de Jesucristo y, en Él, la buena nueva de la dignidad humana, de la vida, de la familia, del trabajo, de la ciencia y de la solidaridad con la creación.

104. Bendecimos a Dios por la dignidad de la persona humana... Lo bendecimos por el don de la fe ...Lo bendecimos por hacernos hijas e hijos suyos en Cristo, por habernos redimido …y por la relación permanente que establece con nosotros, que es fuente de nuestra dignidad absoluta, innegociable e inviolable. 105. Alabamos a Dios por los hombres y mujeres…que, movidos por su fe, han trabajado incansablemente en defensa de la dignidad de la persona humana, especialmente de los pobres y marginados. En su testimonio, llevado hasta la entrega total, resplandece la dignidad del ser humano.

106. Alabamos a Dios por el don maravilloso de la vida y por quienes la honran y la dignifican al ponerla al servicio de los demás;... Lo alabamos porque ahora continúa derramando su amor en nosotros por el Espíritu Santo y alimentándonos con la Eucaristía, pan de vida (cf. Jn 6,35). 107. Bendecimos al Padre por el don de su Hijo Jesucristo “rostro humano de Dios y rostro divino del hombre”… 108. Bendecimos al Padre porque todo hombre abierto sinceramente a la verdad y al bien, aun entre dificultades e incertidumbres, puede llegar a descubrir en la ley natural escrita en su corazón (cf. Rm 2, 14-15), el valor sagrado de la vida humana desde su inicio hasta su término natural, y afirmar el derecho de cada ser humano a ver respetado totalmente este bien primario suyo. En el reconocimiento de este derecho se fundamenta “la convivencia humana y la misma comunidad política”.

109. Ante una vida sin sentido... Ante la desesperanza de un mundo sin Dios,... Ante la idolatría de los bienes terrenales,... 110. Ante el subjetivismo hedonista,... Ante el individualismo,... Ante la despersonalización, Jesús…

111. La propia vocación, la propia libertad y la propia originalidad son dones de Dios para la plenitud y el servicio del mundo.

112. Ante la exclusión.... Ante las estructuras de muerte,…113. Ante la naturaleza amenazada, Jesús...

114. Proclamamos con alegría el valor de la familiaLa familia es insustituible para la serenidad personal y para la educación de sus hijos... 116. Bendecimos a Dios por haber creado al ser humano varón y mujer, aunque hoy se quiera confundir esta verdad... El amor conyugal es la donación recíproca entre un varón y una mujer, los esposos: es fiel y exclusivo hasta la muerte y fecundo, abierto a la vida y a la educación de los hijos, asemejándose al amor fecundo de la Santísima Trinidad. El amor conyugal es asumido en el Sacramento del Matrimonio para significar la unión de Cristo con su Iglesia, por eso en la gracia de Jesucristo encuentra su purificación, alimento y plenitud (cf. Ef 5,25-33).

118.…Los padres deben tomar nueva conciencia de su gozosa e irrenunciable responsabilidad en la formación integral de sus hijos. 119. Dios ama nuestras familias, a pesar de tantas heridas y divisiones. La presencia invocada de Cristo a través de la oración en familia nos ayuda a superar los problemas, a sanar las heridas y abre caminos de esperanza. Muchos vacíos de hogar pueden ser atenuados por servicios que presta la comunidad eclesial, familia de familias.

120. Alabamos a Dios porque en la belleza de la creación, que es obra de sus manos, resplandece eltrabajo…participación de su tarea creadora y como servicio a los hermanos y hermanas. …el trabajo no es un mero apéndice de la vida, sino que “constituye una dimensión fundamental de la existencia del hombre en la tierra”, por la cual el hombre y la mujer se realizan a sí mismos como seres humanos. El trabajo garantiza la dignidad y la libertad del hombre, es probablemente “la clave esencial de toda ‘la cuestión social’”.

121. Damos gracias a Dios porque su palabra nos enseña que, a pesar de la fatiga que muchas veces acompaña al trabajo, el cristiano sabe que éste, unido a la oración, sirve no sólo al progreso terreno, sino también a la santificación personal y a la construcción del Reino de Dios. El desempleo, la injusta remuneración del trabajo y el vivir sin querer trabajar son contrarios al designio de Dios. El discípulo y el misionero, respondiendo a este designio, promueven la dignidad del trabajador y del trabajo, el justo reconocimiento de sus derechos y de sus deberes, y desarrollan la cultura del trabajo y denuncian toda injusticia. La salvaguardia del domingo, como día de descanso, de familia y culto al Señor, garantiza el equilibrio entre trabajo y reposo...

122. Alabamos a Dios por los talentos, el estudio y la decisión de hombres y mujeres para promover iniciativas y proyectos generadores de trabajo y producción, que elevan la condición humana y el bienestar de la sociedad. La actividad empresarial es buena y necesaria cuando respeta la dignidad del trabajador, el cuidado del medio ambiente y se ordena al bien común...

123. Alabamos a Dios por…las ciencias y la tecnología... Sin embargo... Cuando la verdad, el bien y la belleza se separan; cuando la persona humana y sus exigencias fundamentales no constituyen el criterio ético, la ciencia y la tecnología se vuelven contra el hombre que las ha creado. 124. Hoy día las fronteras trazadas entre las ciencias se desvanecen. Con este modo de comprender el diálogo, se sugiere la idea de que ningún conocimiento es completamente autónomo. Esta situación le abre un terreno de oportunidades a la teología para interactuar con las ciencias sociales.

125.…alabamos al Señor que creó el universo como espacio para la vida y la convivencia de todos sus hijos e hijas y nos los dejó como signo de su bondad y de su belleza. …nos ha sido entregada para que la cuidemos y la transformemos en fuente de vida digna para todos. ... Desatender las mutuas relaciones y el equilibrio que Dios mismo estableció entre las realidades creadas, es una ofensa al Creador, un atentado contra la biodiversidad y, en definitiva, contra la vida. El discípulo misionero, a quien Dios le encargó la creación, debe contemplarla, cuidarla y utilizarla, respetando siempre el orden que le dio el Creador. 126. La mejor forma de respetar la naturaleza es promover una ecología humana abierta a la trascendencia que respetando la persona y la familia, los ambientes y las ciudades, sigue la indicación paulina de recapitular todas las cosas en Cristo y de alabar con Él al Padre (cf. 1Cor 3,21-23). ...El destino universal de los bienes exige la solidaridad con la generación presente y las futuras…según un principio de justicia distributiva respetando el desarrollo sostenible.

127. Agradecemos a Dios…el precioso patrimonio de la pertenencia a la Iglesia por el don del bautismo... la religiosidad de nuestros pueblos…en…Cristo…y…su Madre bendita,…los Santos con sus fiestas patronales, en el amor al Papa y a los demás pastores, en el amor a la Iglesia universal como gran familia de Dios que nunca puede ni debe dejar solos o en la miseria a sus propios hijos. 128. Reconocemos el don de la vitalidad de la Iglesia que peregrina en América Latina y El Caribe, su opción por los pobres, sus parroquias, sus comunidades, sus asociaciones, sus movimientos eclesiales, nuevas comunidades y sus múltiples servicios sociales y educativos…

CAPÍTULO 4:

LA VOCACIÓN DE LOS DISCÍPULOS MISIONEROS A LA SANTIDAD

130…. Dios, que es Santo y nos ama, nos llama por medio de Jesús a ser santos (cf. Ef 1,4-5). 131. El llamamiento que hace Jesús, el Maestro, conlleva una gran novedad. ... Jesús invita a encontrarnos con Él y a que nos vinculemos estrechamente a Él porque es la fuente de la vida (cf. Jn 15,5-15) y sólo Él tiene palabras de vida eterna (cf. Jn 6,68). …los discípulos pronto descubren dos cosas del todo originales en la relación con Jesús. Por una parte, no fueron ellos los que escogieron a su maestro. Fue Cristo quien los eligió. De otra parte, ellos no fueron convocados para algo (purificarse, aprender la Ley…), sino para Alguien, elegidos para vincularse íntimamente a su Persona (cf. Mc 1,17;2,14). Jesús los eligió para “que estuvieran con Él y enviarlos a predicar” (Mc 3,14), para que lo siguieran con la finalidad de “ser de Él” y formar parte “de los suyos” y participar de su misión. El discípulo experimenta que la vinculación íntima con Jesús en el grupo de los suyos es participación de la Vida salida de las entrañas del Padre, es formarse para asumir su mismo estilo de vida y sus mismas motivaciones (cf. Lc 6,40b), correr su misma suerte y hacerse cargo de su misión de hacer nuevas todas las cosas.

135. La respuesta a su llamada exige entrar en la dinámica del Buen Samaritano (cf. Lc 10,29-37), que nos da el imperativo de hacernos prójimos, especialmente con el que sufre, y generar una sociedad sin excluidos siguiendo la práctica de Jesús que come con publicanos y pecadores (cf. Lc 5,29-32), que acoge a los pequeños y a los niños (cf. Mc 10,13-16), que sana a los leprosos (cf. Mc 1,40-45), que perdona y libera a la mujer pecadora (cf. Lc 7,36-49; Jn 8,1-11), que habla con la Samaritana (cf. Jn 4,1-26).

Configurados con el Maestro

136. La admiración por la persona de Jesús, su llamada y su mirada de amor buscan suscitar una respuesta consciente y libre desde lo más íntimo del corazón del discípulo, una adhesión de toda su persona al saber que Cristo lo llama por su nombre (cf. Jn 10,3). Es un “sí” que compromete radicalmente la libertad del discípulo a entregarse a Jesucristo... Es una respuesta de amor a quien lo amó primero “hasta el extremo” (cf. Jn 13,1). En este amor de Jesús madura la respuesta del discípulo: “Te seguiré adondequiera que vayas” (Lc 9,57).

137. El Espíritu Santo que el Padre nos regala nos identifica con Jesús-Camino,…con Jesús-Verdad, …con Jesús-Vida, …y entregarnos para que otros “tengan vida en Él”.

138. Para configurarse verdaderamente con el Maestro es necesario asumir la centralidad del Mandamiento del amor, que Él quiso llamar suyo y nuevo: “Ámense los unos a los otros, como yo los he amado” (Jn 15, 12). Este amor, con la medida de Jesús, de total don de sí, además de ser el distintivo de cada cristiano no puede dejar de ser la característica de su Iglesia, comunidad discípula de Cristo, cuyo testimonio de caridad fraterna será el primero y principal anuncio, “reconocerán todos que son discípulos míos” (Jn 13, 35).

139. En el seguimiento de Jesucristo, aprendemos y practicamos las bienaventuranzas del Reino, el estilo de vida del mismo Jesucristo: su amor y obediencia filial al Padre, su compasión entrañable ante el dolor humano, su cercanía a los pobres y a los pequeños, su fidelidad a la misión encomendada, su amor servicial hasta el don de su vida. Hoy contemplamos a Jesucristo tal como nos lo transmiten los Evangelios para conocer lo que Él hizo y para discernir lo que nosotros debemos hacer en las actuales circunstancias.

140. Identificarse con Jesucristo es también compartir su destino: “Donde yo esté estará también el que me sirve” (Jn 12,26). El cristiano corre la misma suerte del Señor, incluso hasta la cruz: “Si alguno quiere venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga” (Mc 8,34)...

Enviados a anunciar el Evangelio del Reino de vida

144. Al llamar a los suyos para que lo sigan, les da un encargo muy preciso: anunciar el evangelio del Reino a todas las naciones (cf. Mt 28,19; Lc 24,46-48). Por esto, todo discípulo es misionero, pues Jesús lo hace partícipe de su misión al mismo tiempo que lo vincula a Él como amigo y hermano. …así los discípulos son testigos de la muerte y resurrección del Señor hasta que Él vuelva. Cumplir este encargo no es una tarea opcional, sino parte integrante de la identidad cristiana, porque es la extensión testimonial de la vocación misma.

145....La misión no se limita a un programa o proyecto, sino que es compartir la experiencia del acontecimiento del encuentro con Cristo, testimoniarlo y anunciarlo de persona a persona, de comunidad a comunidad, y de la Iglesia a todos los confines del mundo (cf. Hch 1,8).

146. Benedicto XVI nos recuerda que: “el discípulo, fundamentado así en la roca de la Palabra de Dios, se siente impulsado a llevar la Buena Nueva de la salvación a sus hermanos…cuando el discípulo está enamorado de Cristo, no puede dejar de anunciar al mundo que sólo Él nos salva (cf. Hch 4,12). En efecto, el discípulo sabe que sin Cristo no hay luz, no hay esperanza, no hay amor, no hay futuro”. Esta es la tarea esencial de la evangelización, que incluye la opción preferencial por los pobres, la promoción humana integral y la auténtica liberación cristiana.

147. Jesús salió al encuentro de personas en situaciones muy diversas…, invitándolos a todos a su seguimiento. Hoy sigue invitando a encontrar en Él el amor del Padre. Por esto mismo el discípulo misionero ha de ser un hombre o una mujer que hace visible el amor misericordioso del Padre, especialmente a los pobres y pecadores.

148. Al participar de esta misión, el discípulo camina hacia la santidad. Vivirla en la misión lo lleva al corazón del mundo. Por eso la santidad no es una fuga hacia el intimismo o hacia el individualismo religioso, tampoco un abandono de la realidad urgente de los grandes problemas económicos, sociales y políticos de América Latina y del mundo y, mucho menos, una fuga de la realidad hacia un mundo exclusivamente espiritual.

Animados por el Espíritu Santo

150....El Espíritu en la Iglesia forja misioneros decididos y valientes como Pedro (cf. Hch 4,13) y Pablo (cf. Hch 13 9), señala los lugares que deben ser evangelizados y elige a quiénes deben hacerlo (cf. Hch 13,2).

151.... El mismo y único Espíritu guía y fortalece a la Iglesia en el anuncio de la Palabra, en la celebración de la fe y en el servicio de la caridad [1] hasta que el Cuerpo de Cristo alcance la estatura de su Cabeza (cf. Ef 4,15-16). ... Por tanto, el Señor sigue derramando hoy su Vida por la labor de la Iglesia que, con la fuerza del Espíritu Santo enviado desde el cielo” (1Pe 1,12), continúa la misión que Jesucristo recibió de su Padre (cf. Jn 20,21).

152.…los seguidores de Jesús deben dejarse guiar constantemente por el Espíritu (cf. Gal 5,25), y hacer propia la pasión por el Padre y el Reino: anunciar la Buena Nueva a los pobres, curar a los enfermos, consolar a los tristes, liberar a los cautivos y anunciar a todos el año de gracia del Señor (cf. Lc 4,18-19). 153. Esta realidad se hace presente en nuestra vida por obra del Espíritu Santo que también, a través de los sacramentos, nos ilumina y vivifica.



[1] He aquí explicitada la triple ministerialidad del DP. Cf. OOPP para el DP 2006, nn. 9-12;30; 45ss.


CAPÍTULO 5:

LA COMUNIÓN DE LOS DISCÍPULOS MISIONEROS EN LA IGLESIA

Llamados a vivir en comunión

156. La vocación al discipulado misionero es con-vocación a la comunión en su Iglesia. No hay discipulado sin comunión. …La fe nos libera del aislamiento del yo, porque nos lleva a la comunión”. Esto significa que una dimensión constitutiva del acontecimiento cristiano es la pertenencia a una comunidad concreta en la que podamos vivir una experiencia permanente de discipulado y de comunión con los sucesores de los Apóstoles y con el Papa.

159. La Iglesia, como “comunidad de amor”, está llamada a reflejar la gloria del amor de Dios que es comunión y así atraer a las personas y a los pueblos hacia Cristo. …los hombres y mujeres de nuestro tiempo se sienten convocados y recorren la hermosa aventura de la fe. “Que también ellos vivan unidos a nosotros para que el mundo crea” (Jn 17,21). La Iglesia crece no por proselitismo sino “por ‘atracción’: como Cristo ‘atrae todo a sí’ con la fuerza de su amor”. La Iglesia “atrae” cuando vive en comunión, pues los discípulos de Jesús serán reconocidos si se aman los unos a los otros como Él nos amó (cf. Rm 12,4-13; Jn 13,34).

162. La diversidad de carismas, ministerios y servicios abre el horizonte para el ejercicio cotidiano de la comunión a través de la cual los dones del Espíritu son puestos a disposición de los demás para que circule la caridad (cf. 1Cor 12,4-12)[1]. Cada bautizado, en efecto, es portador de dones que debe desarrollar en unidad y complementariedad con los de los otros, a fin de formar el único Cuerpo de Cristo, entregado para la vida del mundo. El reconocimiento práctico de la unidad orgánica y la diversidad de funciones asegurará mayor vitalidad misionera y será signo e instrumento de reconciliación y paz para nuestros pueblos. Cada comunidad está llamada a descubrir e integrar los talentos escondidos y silenciosos que el Espíritu regala a los fieles.

163. En el pueblo de Dios “la comunión y la misión están profundamente unidas entre sí… La comunión es misionera y la misión es para la comunión”. En las iglesias particulares todos los miembros del pueblo de Dios, según sus vocaciones específicas, estamos convocados a la santidad en la comunión y la misión.

Lugares eclesiales para la comunión

167. La maduración en el seguimiento de Jesús y la pasión por anunciarlo requieren que la Iglesia particular se renueve constantemente en su vida y ardor misionero.[1] Sólo así puede ser, para todos los bautizados, casa y escuela de comunión, de participación y solidaridad. En su realidad social concreta, el discípulo hace la experiencia del encuentro con Jesucristo vivo, madura su vocación cristiana, descubre la riqueza y la gracia de ser misionero y anuncia la Palabra con alegría.

168.... Cada Diócesis necesita robustecer su conciencia misionera, saliendo al encuentro de quienes aún no creen en Cristo en el ámbito de su propio territorio y responder adecuadamente a los grandes problemas de la sociedad en la cual está inserta. Pero también, con espíritu materno, está llamada a salir en búsqueda de todos los bautizados que no participan en la vida de las comunidades cristianas.

172. La renovación de las parroquias al inicio del tercer milenio exige reformular sus estructuras, para que sea una red de comunidades y grupos, capaces de articularse logrando que sus miembros se sientan y sean realmente discípulos y misioneros de Jesucristo en comunión. ... Toda parroquia está llamada a ser el espacio donde se recibe y acoge la Palabra, se celebra y se expresa en la adoración del Cuerpo de Cristo, y así es la fuente dinámica del discipulado misionero. Su propia renovación exige que se deje iluminar siempre de nuevo por la Palabra viva y eficaz.

174. Los mejores esfuerzos de las parroquias…deben estar en la convocatoria y en la formación de laicos misioneros. Solamente a través de la multiplicación de ellos podremos llegar a responder a las exigencias misioneras del momento actual. …es importante recordar que el campo específico de la actividad evangelizadora laical es el complejo mundo del trabajo, la cultura, las ciencias y las artes, la política, los medios de comunicación y la economía, así como los ámbitos de la familia, la educación, la vida profesional, sobre todo en los contextos donde la Iglesia se hace presente solamente por ellos.

176....La inmensa mayoría de los católicos de nuestro continente viven bajo el flagelo de la pobreza. Esta tiene diversas expresiones: económica, física, espiritual, moral, etc. Si Jesús vino para que todos tengamos vida en plenitud, la parroquia tiene la hermosa ocasión de responder a las grandes necesidades de nuestros pueblos. Para ello tiene que seguir el camino de Jesús y llegar a ser buena samaritana como Él. Cada parroquia debe llegar a concretar en signos solidarios su compromiso social en los diversos medios en que ella se mueve, con toda “la imaginación de la caridad”. No puede ser ajena a los grandes sufrimientos que vive la mayoría de nuestra gente y que con mucha frecuencia son pobrezas escondidas. Toda auténtica misión unifica la preocupación por la dimensión trascendente del ser humano y por todas sus necesidades concretas, para que todos alcancen la plenitud que Jesucristo ofrece.

Comunidades Eclesiales de Base y Pequeñas comunidades

179. Las comunidades eclesiales de base, en el seguimiento misionero de Jesús, tienen la Palabra de Dios como fuente de su espiritualidad y la orientación de sus Pastores como guía que asegura la comunión eclesial. Despliegan su compromiso evangelizador y misionero entre los más sencillos y alejados, y son expresión visible de la opción preferencial por los pobres. Son fuente y semilla de variados servicios y ministerios a favor de la vida en la sociedad y en la Iglesia. Manteniéndose en comunión con su obispo e insertándose al proyecto de pastoral diocesana, las CEBs se convierten en un signo de vitalidad en la Iglesia particular.

Discípulos misioneros con vocaciones específicas

184. La condición del discípulo brota de Jesucristo como de su fuente por la fe y el bautismo, y crece en la Iglesia, comunidad donde todos sus miembros adquieren igual dignidad y participan de diversos ministerios y carismas. De este modo se realiza en la Iglesia la forma propia y específica de vivir la santidad bautismal al servicio del Reino de Dios.

185.…el discípulo ha de tener en cuenta los desafíos que el mundo de hoy le presenta a la Iglesia de Jesús, entre otros: el éxodo de fieles a las sectas y otros grupos religiosos; las corrientes culturales contrarias a Cristo y la Iglesia; el desaliento de sacerdotes frente al vasto trabajo pastoral; la escasez de sacerdotes en muchos lugares; el cambio de paradigmas culturales; el fenómeno de la globalización y la secularización; los graves problemas de violencia, pobreza e injusticia; la creciente cultura de la muerte que afecta la vida en todas sus formas.

Los obispos, discípulos misioneros de Jesús Sumo Sacerdote

187.…En virtud de la íntima fraternidad, que proviene del sacramento del Orden, tenemos el deber de cultivar de manera especial los vínculos que nos unen a nuestros presbíteros y diáconos. Servimos a Cristo y a la Iglesia mediante el discernimiento de la voluntad del Padre, para reflejar al Señor en su modo de pensar, de sentir, de hablar y de comportarse en medio de los hombres…

Los presbíteros, discípulos misioneros de Jesús Buen Pastor

192. Una mirada a nuestro momento actual nos muestra situaciones que afectan y desafían la vida y el ministerio de nuestros presbíteros. Entre otras, la identidad teológica del ministerio presbiteral, su inserción en la cultura actual y situaciones que inciden en su existencia. 199. El Pueblo de Dios siente la necesidad de presbíteros-discípulos: que tengan una profunda experiencia de Dios, configurados con el corazón del Buen Pastor, dóciles a las mociones del Espíritu, que se nutran de la Palabra de Dios, de la Eucaristía y de la oración; de presbíteros-misioneros: movidos por la caridad pastoral, que los lleve a cuidar del rebaño a ellos confiados y a buscar a los más alejados predicando la Palabra de Dios, siempre en profunda comunión con su Obispo, los presbíteros, diáconos, religiosos, religiosas y laicos; de presbíteros-servidores de la vida: que estén atentos a las necesidades de los más pobres, comprometidos en la defensa de los derechos de los más débiles y promotores de la cultura de la solidaridad. También de presbíteros llenos de misericordia, disponibles para administrar el sacramento de la reconciliación. 201. La renovación de la parroquia exige actitudes nuevas en los párrocos y en los sacerdotes que están al servicio de ella. La primera exigencia es que el párroco sea un auténtico discípulo de Jesucristo, porque sólo un sacerdote enamorado del Señor puede renovar una parroquia. Pero al mismo tiempo, debe ser un ardoroso misionero que vive el constante anhelo de buscar a los alejados y no se contenta con la simple administración. 202.... Una parroquia renovada multiplica las personas que prestan servicios y acrecienta los ministerios. Igualmente, en este campo se requiere imaginación para encontrar respuesta a los muchos y siempre cambiantes desafíos que plantea la realidad, exigiendo nuevos servicios y ministerios. La integración de todos ellos en la unidad de un único proyecto evangelizador es esencial para asegurar una comunión misionera.

203. Una parroquia, comunidad de discípulos misioneros, requiere organismos que superen cualquier clase de burocracia. Los Consejos Pastorales Parroquiales tendrán que estar formados por discípulos misioneros constantemente preocupados por llegar a todos. El Consejo de Asuntos Económicos, junto a toda la comunidad parroquial, trabajará para obtener los recursos necesarios, de manera que la misión avance y se haga realidad en todos los ambientes. Estos y todos los organismos han de estar animados por una espiritualidad de comunión misionera: “Sin este camino espiritual de poco servirían los instrumentos externos de la comunión. Se convertirían en medios sin alma, máscaras de comunión más que sus modos de expresión y crecimiento”.

Los diáconos permanentes, discípulos misioneros de Jesús Servidor

205. Algunos discípulos y misioneros del Señor son llamados a servir a la Iglesia como diáconos permanentes, fortalecidos, en su mayoría, por la doble sacramentalidad del matrimonio y del Orden. Ellos son ordenados para el servicio de la Palabra, de la caridad y de la liturgia, especialmente para los sacramentos del Bautismo y del Matrimonio; también para acompañar la formación de nuevas comunidades eclesiales, especialmente en las fronteras geográficas y culturales, donde ordinariamente no llega la acción evangelizadora de la Iglesia.

206. Cada diácono permanente debe cultivar esmeradamente su inserción en el cuerpo diaconal, en fiel comunión con su obispo y en estrecha unidad con los presbíteros y demás miembros del pueblo de Dios. Cuando están al servicio de una parroquia, es necesario que los diáconos y presbíteros busquen el diálogo y trabajen en comunión.

207. Ellos deben recibir una adecuada formación humana, espiritual, doctrinal y pastoral con programas adecuados, que tengan en cuenta -en el caso de los que están casados- a la esposa y su familia. Su formación los habilitará a ejercer con fruto su ministerio en los campos de la evangelización, de la vida de las comunidades, de la liturgia y de la acción social, especialmente con los más necesitados, dando testimonio así de Cristo servidor al lado de los enfermos, de los que sufren, de los migrantes y refugiados, de los excluidos y de las víctimas de la violencia y encarcelados.

208. La V Conferencia espera de los diáconos un testimonio evangélico y un impulso misionero para que sean apóstoles en sus familias, en sus trabajos, en sus comunidades y en las nuevas fronteras de la misión. No hay que crear en los candidatos al diaconado permanente expectativas que superen la naturaleza propia que corresponde al grado del diaconado.

Los fieles laicos y laicas, discípulos y misioneros de Jesús Luz del mundo

211. Los laicos también están llamados a participar en la acción pastoral de la Iglesia, primero con el testimonio de su vida y, en segundo lugar, con acciones en el campo de la evangelización, la vida litúrgica y otras formas de apostolado según las necesidades locales bajo la guía de sus pastores… 212. Para cumplir su misión con responsabilidad personal, los laicos necesitan una sólida formación doctrinal, pastoral, espiritual y un adecuado acompañamiento para dar testimonio de Cristo y de los valores del Reino en el ámbito de la vida social, económica, política y cultural.

213. Hoy toda la Iglesia en América Latina y El Caribe quiere ponerse en estado de misión. …, no puede realizarse hoy sin la colaboración de los fieles laicos. Ellos han de ser parte activa y creativa en la elaboración y ejecución de proyectos pastorales a favor de la comunidad. Esto exige, de parte de los pastores, una mayor apertura de mentalidad para que entiendan y acojan el “ser” y el “hacer” del laico en la Iglesia, quien por su bautismo y su confirmación, es discípulo y misionero de Jesucristo. En otras palabras, es necesario que el laico sea tenido muy en cuenta con un espíritu de comunión y participación.

Los que han dejado la Iglesia para unirse a otros grupos religiosos

226. Hemos de reforzar en nuestra Iglesia cuatro ejes: a) La experiencia religiosa. En nuestra Iglesia debemos ofrecer a todos nuestros fieles un “encuentro personal con Jesucristo”, una experiencia religiosa profunda e intensa, un anuncio kerigmático y el testimonio personal de los evangelizadores, que lleve a una conversión personal y a un cambio de vida integral. b) La vivencia comunitaria. Nuestros fieles buscan comunidades cristianas, en donde sean acogidos fraternalmente y se sientan valorados, visibles y eclesialmente incluidos. Es necesario que nuestros fieles se sientan realmente miembros de una comunidad eclesial y corresponsables en su desarrollo. Eso permitirá un mayor compromiso y entrega en y por la Iglesia. c) La formación bíblico-doctrinal. Junto con una fuerte experiencia religiosa y una destacada convivencia comunitaria, nuestros fieles necesitan profundizar el conocimiento de la Palabra de Dios y los contenidos de la fe, ya que es la única manera de madurar su experiencia religiosa. En este camino acentuadamente vivencial y comunitario, la formación doctrinal no se experimenta como un conocimiento teórico y frío, sino como una herramienta fundamental y necesaria en el crecimiento espiritual, personal y comunitario. d) El compromiso misionero de toda la comunidad. Ella sale al encuentro de los alejados, se interesa por su situación, a fin de re-encantarlos con la Iglesia e invitarlos a volver a ella.

Diálogo ecuménico para que el mundo crea

227.…diálogo ecuménico…es un camino irrenunciable para el discípulo y misionero,...

229. Hoy se hace necesario rehabilitar la auténtica apologética que hacían los padres de la Iglesia como explicación de la fe. La apologética no tiene porqué ser negativa o meramente defensiva per se. Implica, más bien, la capacidad de decir lo que está en nuestras mentes y corazones de forma clara y convincente, como dice San Pablo “haciendo la verdad en la caridad” (Ef. 4, 15). Los discípulos y misioneros de Cristo de hoy necesitan más que nunca, una apologética renovada para que todos puedan tener vida en Él.

230. A veces olvidamos que la unidad es ante todo un don del Espíritu Santo, y oramos poco por esta intención.

231.…En este campo necesitamos más agentes de diálogo y mejor calificados. Es bueno hacer más conocidas las declaraciones que la propia Iglesia Católica ha suscrito en el campo del ecumenismo desde el Concilio. Los diálogos bilaterales y multilaterales han producido buenos frutos. También es oportuno estudiar el Directorio ecuménico y sus indicaciones respecto a la catequesis, la liturgia, la formación presbiteral y la pastoral. La movilidad humana, característica del mundo de hoy, puede ser ocasión propicia del diálogo ecuménico de la vida.

232.…alentamos a los ministros ordenados,…a participar de organismos ecuménicos con una cuidadosa preparación y un esmerado seguimiento de los pastores, y realizar acciones conjuntas en los diversos campos de la vida eclesial, pastoral y social. …el contacto ecuménico favorece la estima recíproca, convoca a la escucha común de la palabra de Dios y llama a la conversión[2] a los que se declaran discípulos y misioneros de Jesucristo...

233. En esta nueva etapa evangelizadora, queremos que el diálogo y la cooperación ecuménica se encaminen a suscitar nuevas formas de discipulado y misión en comunión. Cabe observar que donde se establece el diálogo disminuye el proselitismo, crece el conocimiento recíproco, el respeto y se abren posibilidades de testimonio común.

Relación con el judaísmo y diálogo interreligioso

238. Aún cuando el subjetivismo y la identidad poco definida de ciertas propuestas dificulten los contactos, eso no nos permite abandonar el compromiso y la gracia del diálogo. En lugar de desistir, hay que invertir en el conocimiento de las religiones, en el discernimiento teológico-pastoral y en la formación de agentes competentes para el diálogo interreligioso, atendiendo a las diferentes visiones religiosas presentes en las culturas de nuestro continente. El diálogo interreligioso no significa que se deje de anunciar la Buena Nueva de Jesucristo a los pueblos no cristianos, con mansedumbre y respeto por sus convicciones religiosas.

239. El diálogo interreligioso, además de su carácter teológico, tiene un especial significado en la construcción de la nueva humanidad: abre caminos inéditos de testimonio cristiano, promueve la libertad y dignidad de los pueblos, estimula la colaboración por el bien común, supera la violencia motivada por actitudes religiosas fundamentalistas, educa a la paz y a la convivencia ciudadana: es un campo de bienaventuranzas que son asumidas por la Doctrina Social de la Iglesia.



[1] Esta invitación a la maduración es para el mismo DP, para hacerla a los demás, para la Iglesia toda.

[2] Subrayado es nuestro. Cf. 205. Acá está la triple función del DP: Caridad, Palabra y Sacramentalidad (santidad).



[1] Y en este sentido, el DP debe actuar como un facilitador, tanto para que los mismos se manifiesten tanto como se desarrollen en medio de la comunidad y para servicio del mundo.